La idea de implementar un horario de verano aplazando los relojes una hora fue propuesta por primera vez por el neozelandés George Vernon Hudson, quien coleccionaba insectos como hobby, y aprendió con ello a valorar la extensión la duración de la luz de la tarde.

En Estados Unidos, el gran impulsor fue William Willett, cuyo principal motivo era contar con más luz solar para jugar golf. The New York Times calificó la propuesta como “un acto de locura”, y hubo quienes compararon la medida con alterar los termómetros para hacer parecer el verano más fresco y los inviernos más templados.

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Fuentes

Luchien Karsten. "Globalization and Time". Ed. Routledge, 2013. ISBN: 9781136300349. Pág. 534 https://books.google.cl/books?id=cE7xIA3l5jEC&pg=PT534