Durante la Ley Seca, era muy riesgoso dejar envejecer los destilados ilegales. Para imitar el sabor, se recurrió a métodos insólitos. El bourbon se simulaba agregando ratas muertas o carne podrida y dejándolo reposar durante unos días. Para la ginebra se agregaba aceite de enebro y se mezclaban creosota, un antiséptico hecho de alquitrán de madera, fabricado como preservante de madera, que podía recrear en parte el sabor ahumado del whisky escocés.

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Fuentes

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Iain Gately. "Drink: A Cultural History of Alcohol". Ed. Penguin, 2008. ISBN: 9781440631269. Pág. 326 https://books.google.cl/books?id=0FpnqTGxykIC&pg=PT326 2-

Herbert Asbury. "The Great Illusion: An Informal History of Prohibition". Ed. Courier Dover Publications, 2018. ISBN: 9780486832630. Pág. 272 https://books.google.cl/books?id=rrljDwAAQBAJ&pg=PA272