En la maratón de los Juegos Olímpicos de 1904, el estadounidense Frederick Lorz abandonó tras 14,5 kilómetros. Su entrenador luego lo condujo en auto los siguientes 17, kilómetros, saludando a la multitud y a los competidores, hasta que el vehículo se averió. Lorz continuó corriendo, y al llegar al estadio cortó la cinta de la meta. Fue ovacionado por la multitud y se tomó fotos con Alice Roosevelt, la hija del presidente de Estados Unidos. Estuvo a punto de recibir la medalla de oro hasta que fue delatado.

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Fuentes

Karen Abbott. "The 1904 Olympic Marathon May Have Been The Strangest Ever". Smithsonian Magazine, 7 de agosto de 2012 https://www.smithsonianmag.com/history/the-1904-olympic-marathon-may-have-been-the-strangest-ever-14910747/