“A que tengo cojones para intentarlo”
“A que tengo cojones para intentarlo”
“A que tengo cojones para intentarlo”

En 2012, cuatro empleados de la cervecera Wynkoop Brewing Company produjeron un anuncio de una nueva cerveza con un ingrediente que capturaba la esencia de Colorado: testículos de toro. Era una broma del Día de los Inocentes, pero algunos no entendieron que era solo un chiste. De inmediato comenzó a llegar gente a la cervecería para pedir la llamada Rocky Mountain Oyster Stout. El revuelo convenció a los cerveceros de que había que crearla. Hoy se vende como cerveza negra artesanal de lotes pequeños elaborada con 25 libras de testículos de toro asados y cortados en rodajas.