“Es que soy un balazo para inventar nuevas terapias”

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Lobotomía médica

Un canadiense cuya identidad se mantuvo en secreto pero a quien los médicos denominan como George sufría de trastorno obsesivo compulsivo. Se lavaba las manos hasta 50 veces al día. Tomaba duchas de cuatro horas y revisaba una y otra vez si las puertas y ventanas estaban cerradas y si tenía suficiente dinero en su billetera. En 1988, cuando tenía 19 años de edad, George decidió acabar con su vida de un balazo en la cabeza. Fue llevado de urgencia al Shaughnessy Hospital de Vancouver y sobrevivió. Su inteligencia se mantuvo inalterada y se curó de su trastorno obsesivo compulsivo, en una suerte de lobotomía no planificada.

 

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Fuentes

Solyom, L., Turnbull, I. M., & Wilensky, M. (1987). A case of self-inflicted leucotomy. The British Journal of Psychiatry, 151(6), 855-857. https://www.cambridge.org/core/journals/the-british-journal-of-psychiatry/article/abs/case-of-selfinflicted-leucotomy/34AAED27C4D6880FACD7EB5B8523CADF

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