Por eso en la última cena no sirvieron spaghetti

Por eso en la última cena no sirvieron spaghetti

Por eso en la última cena no sirvieron spaghetti

En el siglo XI, una princesa bizantina contrajo matrimonio con el Dux de Venecia. Poco después, murió de la peste. El monje benedictino San Pedro Damián opinó que era el castigo de Dios por su pecaminosa vanidad. Escribió al respecto De Veneti ducis uxore quae prius nimium delicata, demum toto corpore computruit (“De la esposa del Dux veneciano, cuyo cuerpo, después de su excesiva delicadeza, se pudrió por completo”).

¿Y cuál eran tan abominables faltas? Entre otras, comer con tenedor en lugar de con las manos y usar servilleta en lugar del mantel:

Dios en su sabiduría ha provisto al hombre de tenedores naturales, sus dedos. Por lo tanto, es un insulto para él sustituirlos por tenedores de metal artificiales al comer.

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Fuentes

1-

Polemis, Demetrios I. "The Doukai: A Contribution to Byzantine Prosopography". Ed. The Athlone Press, 1968. Pág. 54 2-

W.B. Marsh. "Voices From the Past: A year of great quotations – and the stories from history that inspired them". Ed. Icon Books, 2020. ISBN: 9781785786648. Pág. 300 https://books.google.cl/books?id=MsLvDwAAQBAJ&pg=PT300

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