A inicios de la década de 1950 la CIA pagó US$ 240.000 a la suiza Sandoz Laboratories a cambio de la totalidad del LSD disponible en el mundo. La CIA se convirtió así en la responsable de que los estadounidenses conocieran esta droga.

Sidney Gottlieb, director del programa MKUltra, difundió el LSD en hospitales, clínicas, prisiones y otras instituciones, pidiéndoles, a través de fundaciones falsas, que realizaran proyectos de investigación y descubrieran qué era el LSD, cómo reaccionaba la gente a él y cómo podría usarse como herramienta para el control mental.

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