“Es que al alcohol mejora las defensas”

“Es que al alcohol mejora las defensas”

“Es que al alcohol mejora las defensas”

En enero de 1933, cinco hombres intentaron asesinar a un mendigo alcohólico llamado Michael Malloy, de New York, para cobrar el seguro de vida.

Le dieron crédito ilimitado en el bar de uno de ellos para que bebiera hasta morir, pero sólo perdía la conciencia. Reemplazaron el licor por anticongelante, pero, tras perder la conciencia, volvía por más. Luego le dieron trementina, linimento de caballo y veneno para ratas. Le dieron ostras crudas remojadas en metanol, y luego un emparedado con sardinas podridas mezcladas con veneno y tachuelas de alfombra. No murió.

Una noche de -26 °C, dejaron a un Malloy borracho en la nieve y esparcieron 5 galones de agua en su pecho desnudo. Malloy reapareció la mañana siguiente a pedir su trago.

Lo atropellaron con un taxi a 72 km/h. Sólo lo tuvo en el hospital por tres semanas con huesos rotos.
Finalmente, lo mataron inyectándole gas directamente en la boca.

La policía descubrió el asesinato y cuatro de los cinco homicidas fueron ejecutados en la silla eléctrica.

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Robert Gary Jones (38) murió mientras trotaba en la playa en la isla de Hilton Head, golpeado por detrás por una avioneta que realizaba un aterrizaje de emergencia.

Fuentes

1-

Simon Read. On the House: The Bizarre Killing of Michael Malloy, Berkley Books, 2005. ISBN 978-0-425-20678-2 2-

Deborah Blum. "The Poisoner's Handbook: Murder and the Birth of Forensic Medicine in Jazz Age New York". Ed. Penguin Press, Feb 2010. ISBN 978-1-59420-243-8.